El concepto de teoría psicodinámica puede parecer único y unitario, pero lo cierto es que recoge un amplio número de maneras de entender la mente humana. Al hablar de teorías psicodinámicas estamos pues hablando de un conjunto heterogéneo de perspectivas que tienen su origen en concepciones de los procesos mentales derivados del psicoanálisis.
En este sentido, todas ellas comparten con la teoría freudiana la idea de que existen conflictos intrapsíquicos entre el consciente y el inconsciente, siendo uno de los principales objetivos de la terapia contribuir a hacer que el paciente sea capaz de entender y gestionar el contenido inconsciente (llevándolo a la consciencia).
Además, las teorías psicodinámicas también consideran la existencia de estrategias y mecanismos de defensa utilizados por la psique para minimizar el sufrimiento que generan dichos conflictos, y concuerdan en que la estructura psíquica y la personalidad se van formando durante la infancia a partir de la satisfacción o insatisfacción de necesidades. La experiencia infantil es muy relevante para esta corriente, así como la interpretación de estas experiencias y las transferencias. También consideran que la interacción con el terapeuta va a hacer que el paciente reviva las experiencias y representaciones reprimidas, volcándose en el profesional.
Estos modelos y teorías psicodinámicas se diferencian del psicoanálisis, entre otras cosas, en que se centran más en el motivo de consulta identificado por el paciente y no en una reestructuración de la personalidad completa. Las terapias no son tan largas y están más espaciadas, además de estar abiertas a un gran número de trastornos y problemas mentales y no solo las neurosis e histeria. Existen otras diferencias, pero estas van a depender en gran medida del modelo psicodinámico concreto que se observe.
La teoría de los rasgos establece que la personalidad está formada por una serie de características o rasgos estables, que determinan, explican y, hasta cierto punto, permiten predecir el comportamiento de cada persona.
- El temperamento es la naturaleza general de la personalidad que posee un individuo de manera innata.
- El carácter es una característica de la personalidad que controla el temperamento y determina la manera de responder o reaccionar de una persona frente a una situación o circunstancia, según su educación, cultura, entorno…
Los rasgos de la personalidad son:
- Responsabilidad. Controla los impulsos y deseos inmediatos, es decir, nuestro temperamento. Llevado al extremo conduce a la obsesión (trastorno obsesivo – compulsivo).
- Sociabilidad. Amigabilidad. Es el gusto por estar con otras personas y abrirse a ellas (expresar los sentimientos): personas extrovertidas o introvertidas. Como rasgo extremo, tenemos el autismo, debido a la incapacidad de sociabilidad.
- Amabilidad. Sensibilidad. Capacidad para cooperar, empatizar y apoyar a los demás.
- Apertura. Creatividad, imaginación, flexibilidad y capacidad de adaptación.
- Neuroticismo. Estabilidad emocional, capacidad de responder a los estímulos de manera proporcionada. La respuesta desproporcionada es característica de los hipocondríacos.
- Algunos autores añaden un sexto rasgo, la honestidad.
La construcción y el desarrollo de la personalidad se produce de una manera progresiva, en función del desarrollo cognitivo y de la información que vamos adquiriendo de nuestro entorno.
Para el humanismo el hombre no es un ser esclavo de sus instintos e ideas reprimidas, como lo hace ver el psicoanálisis, ni una máquina programable desde el entorno que los conductistas puedan manipular. Para la Psicología Humanista el hombre es libre, autodeterminado; su comportamiento y su visión del mundo son altamente subjetivos e importan en la terapia. El sujeto visto por un humanista es esencialmente bueno y se desarrolla gracias a su afán de realización. Algunas concepciones claves de los humanistas:
- El hombre tiene una tendencia innata a la auto actualización: lo que Carl Rogers, otro de los padres fundadores del movimiento, llamó tendencia formativa. Implica que el ser humano, después de tener cubiertas unas necesidades primarias básicas (de nutrición, seguridad, etc) intentará desarrollar su mejor versión de sí mismo, llegar a su mayor potencial.
- El individuo debe ser aceptado como es.
- De forma innata el hombre el hombre es bueno: con una tendencia natural a ser sano y mantener relaciones interpersonales significativas.
- El ser humano es libre, autodeterminado.
- La enfermedad sobreviene cuando el hombre no es él mismo: cuando no desarrolla todo su potencial.
- La psicología debe ocuparse de la subjetividad: y de la visión que tiene el hombre del mundo. Los conductistas ignoraban la subjetividad, el humanismo la pone en el centro de todo su hacer. Importan el hombre y su manera de ver lo que le rodea.
La teoría conductual del aprendizaje, encuentra sus inicios en los estudios que Pavlov hiciera con animales. Durante los años 30, él y otros psicólogos
estudiaron y experimentaron la forma en que distintos estímulos se podían usar para obtener respuestas de los animales. Estos experimentos permitieron descubrir muchos principios del aprendizaje y la relación entre estímulos y respuestas, los que más tarde fueron útiles para modificar el comportamiento humano. Luego, esta terminología fue adoptada por Watson, Gutthrie y Skinner -en los EE.UU. como base para su trabajo en modificación conductual, el cual dio origen a la corriente que en psicología se conoce como «Conductismo o Behaviorismo».
Hacia fines de la década de los 60, estas técnicas se hicieron comunes en las salas de clases, y fueron usadas por profesores, terapeutas y padres. Ya en los años 70, fue ampliamente reconocido el valor preventivo de las técnicas conductuales y su efectividad al corregir y tratar problemas de conducta, y también para alcanzar algunos de los objetivos en todo tipo de organizaciones (escuelas, industrias, etc.).
La aparición del conductismo en psicología representó un cambio, si antes los estudios trataban sobre la conciencia y el subjetivismo, ahora las investigaciones se orientan hacia el materialismo y el objetivismo, según ésta nueva perspectiva, se realizaron múltiples exploraciones sobre «la conducta observable». Estas teorías conductuales, consideran a la Psicología como una ciencia que predice y controla la conducta, lo cual implica excluir todo estado y evento mental como objeto de estudio.
Principios del Conductismo
Los principios fundamentales a que adhieren las teorías conductuales pueden resumirse de la siguiente forma:
a) La conducta está regida por leyes y sujeta a las variables ambientales: las personas responden a las variables de su ambiente. Las fuerzas externas estimulan a los individuos a actuar de ciertas maneras, ya sea realizando una conducta o evitándola. Desde este punto de vista, s e considera al psicólogo como un «ingeniero conductual», que maneja variables ambientales; también como un «investigador», que estudia el tipo de variables ambientales que afectan la conducta.
b) La conducta es un fenómeno observable e identificable: Las respuestas internas están mediadas por la conducta observable y ésta puede ser modificada.
Un aspecto importante de los psicólogos educacionales es el entrenamiento en «ver» y «observar» como las conductas expresan estados internos y como éstas se pueden modificar. Por ejemplo, la ansiedad ante las pruebas y hablar frente a los compañeros.
c) Las conductas adaptativas son adquiridas a través del aprendizaje y pueden ser modificadas por los principios del aprendizaje; hay evidencia empírica de cambios efectivos al manipular las condiciones de estímulo en el medio o sustituyendo la respuesta conductual. Al cambiar la conducta se reportan cambios en los sentimientos y en las actitudes.
d) Las metas conductuales han de ser específicas, discretas e individualizadas:
Se requiere que los problemas sean descritos en términos concretos y observables. Es necesario considerar que dos respuestas externas semejantes no provienen necesariamente del mismo estímulo y, que un mismo estímulo no produce la misma respuesta en dos personas.
e) La teoría conductual se focaliza en el aquí y en el ahora: Lo crucial es determinar las relaciones funcionales que en el momento están operando en producir o mantener la conducta.
En general, el aprendizaje dentro de la teoría conductual se define como un cambio relativamente permanente en el comportamiento, que refleja una adquisición de conocimientos o habilidades a través de la experiencia. Es decir, se excluye cualquier cambio obtenido por simple maduración. Estos cambios en el comportamiento deben ser razonablemente objetivos y, por lo tanto, deben poder ser medidos.
Dentro de la teoría conductual, existen tres enfoques o modelos:
Condicionamiento Clásico.
Condicionamiento Operante.
Aprendizaje Social (observación e imitación).
- Bermúdez, J. (2004). Psicología de la personalidad. Teoría e investigación. (Vol I y II). Unidad Didáctica de la UNED. Madrid.
- Hermangómez, L. & Fernández, C.(2012). Psicología de la Personalidad y Diferencial. Manual CEDE de Preparación PIR, 07. CEDE: Madrid.
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